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Sin un buen nombre, estás ayudando a tu competencia.

Jose Angel Pizzano Coloma • jul 17, 2020

Las personas no podemos elegir nuestro nombre, pero como profesional sí puedes elegir el de tu despacho, que bien elegido define tu identidad. Un intangible primordial para el éxito.

No ayudes a tu competencia escogiendo un nombre equivocado.

Salvo que estés enamorado del latín o del derecho romano, o estés convencido de que tus clientes tienen una capacidad memorística fuera de lo común, te recomiendo que optes por un nombre corto , con pocas sílabas. Opta por un nombre fácilmente pronunciable y si puede ser, que sugiera.

Un nombre bien elegido permitirá a tu despacho poder crear una marca propia y atractiva, que comunique y que ocupe un lugar en la mente de los clientes.

¿Por qué es importante elegir un buen nombre para tu despacho?

A nadie se le escapa que elegir un nombre adecuado para el despacho es muy importante y que una buena elección en este sentido, puede reportar muchos beneficios tanto a corto como a largo plazo:

  • Se te conocerá de manera más fácil. Cuando el nombre ha sido bien elegido cualquiera que lo escuche o lo vea será capaz de saber a que te dedicas. De esta manera el acceso a tus servicios será más rápido y fácil.
  • Permite establecer una conexión con el cliente. Un buen nombre permitirá no solo que el cliente te retenga en su memoria de una forma más fácil, sino que también será capaz de establecer un vínculo con tu marca.
  • Te permite diferenciarte del resto. Una denominación adecuada te puede proporcionar ese plus que te de una identidad propia y que te haga diferenciarte del resto de tus competidores.

¿Qué debes tener en cuenta para poner nombre a tu despacho?

Para que tu despacho tenga un nombre con gancho y que facilite posicionarte de la mejor manera posible para llegar a tus clientes potenciales es recomendable que ese nombre que finalmente elijas se base en los siguientes criterios:

  • Que suene bien. Es muy recomendable que el nombre tenga una buena sonoridad, que sea agradable de escuchar y fácil de pronunciar. Debe "sonar" bien cuando lo escuches ya que de lo contrario puede generar rechazo.
  • Que sea claro. Cuando piensas en el nombre que quieres ponerle al despacho debes encaminar esa decisión hacia un nombre simple pero que deje claro a que te dedicas. Evita ser demasiado genérico. No intentes abarcar demasiadas áreas.
  • Pon un nombres "positivo". El nombre debe ser capaz de generar un vínculo emocional positivo con tus clientes, Aléjate de nombres que puedan tener algún tipo de connotación negativa.
  • Que te dé juego. Elige un nombre que te de posibilidades para trabajar con él. Que te dé la posibilidad de hacer distintas asociaciones y significados. Esto te ayudará a la hora de llevar a cabo acciones de marketing.
  • Ponlo fácil. Huye de nombres complicados que nadie sea capaz de pronunciar. Para llegar al cliente conviene ponerlo fácil. Tu nombre no debe generar dudas a la hora de leerlo para evitar que haya distintas formas de decirlo y evitar problemas a la hora de transmitirlo boca a boca.
  • Iniciales no. Por más que te pese, no eres una multinacional que ya tiene su imagen y sus siglas reconocibles. Un nombre con siglas resulta poco llamativo y es más difícil de recordar. Generalmente suele costar asociar un significado a este tipo de nombres por lo que su capacidad de mantenerse en la memoria es muy reducida.
  • Apellidos tampoco. Utilizar apellidos es lo más fácil y por eso mismo lo más erróneo, ya que la mayoría de despachos hacen lo mismo. Los apellidos no diferencian, pues mucha gente tiene apellidos iguales o muy parecidos. Con un apellido es difícil ocupar una posición única en la mente de los clientes, salvo que el apellido sea muy distintivo o el profesional que da nombre al despacho sea una autoridad en su especialidad.
  • No uses nombres genéricos. Este es el error más frecuente si intentas conseguir identidad en el mundo de los despachos. Hay que huir de la indiferenciación en un mundo profesional saturado de oferta; "depacho de Abogados", "Estudio Jurídico", Bufete de Abogados"...
  • No utilices "latinismos". Quizá sean apropiados para productos dirigidos a abogados y economistas, como por ejemplo revistas, pero no para un despacho que se dirige a empresas o particulares.

¿Cómo le pongo nombre a mi despacho?

Una vez que tengas claro todos esos aspectos a la hora de elegir el mejor nombre posible para tu despacho ha llegado el momento de ponerse manos a la obra para hacerlo. Para facilitar este proceso que puede llegar a ser bastante complicado te propongo algunos pasos a seguir que pueden hacer más sencillo este proceso.

1. Conoce tu despacho. intenta describirlo. Cuanto más conozcas de tu despacho más fácil será poder describirlo y establecer conceptos que sean identificativos. Factores como las actividades, los servicios que prestas, la forma de trabajar o los valores del mismo serán factores que serán necesario definir.

2. ¿Hacia dónde quieres ir? Ahora llega el momento de plantearse hacia dónde quieres encaminarte. Teniendo claros tus objetivos puedes definir la identidad del despacho y con esta a su vez elegir un nombre que esté acorde con esa identidad.

3. No olvides las emociones. Los despachos que establecen un vínculo emocional con los clientes consiguen un mayor grado de fidelización. Por este motivo es interesante que intentes buscar también ese vínculo. Debes plantear y decidir cuales son las emociones que quieres despertar.

4. Genera ideas. Definidos los puntos anteriores ya puedes comenzar a generar todos los nombres que se te ocurran. Cuantos más nombres mejor. Ya habrá tiempo después para hacer una criba.

Aunque te cueste toma el tiempo necesario para elegir un buen nombre para tu despacho. Y recuerda, si no estás especialmente creativo, siempre puedes recurrir a la ayuda de empresas especializadas en estos temas como aBOGa.mark.

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